Comer oro no te hace más valioso.
La juventud y la belleza son muy perseguidas desde tiempos inmemorables no solo por las mujeres deseosas de lucir esplendidas sino también por hombres e incluso niños.
La obsesión por jamás envejecer, por siempre lucir bella, radiante y firme ha sido tal que miles de substancias se inventaron para tratar de retardar este proceso natural, imitando al mítico elixir de la juventud.
En el tiempo del rey francés Enrique II, vivió una chica de belleza sobrenatural, piel blanca y misticismo cautivador, su nombre era Diane de Poitiers. Conocida como duquesa pero con titulo informal de “Amante del rey”, esta chica deslumbraba cualquier plaza o avenida que visitase pues su belleza hacía girar cabezas, robaba miradas y se quedaba en los corazones de plebeyos y reales.
Ella se sentía sumamente alagada y bendecida por poseer tal regalo divino pero también se sentía sumamente preocupada por el paso del tiempo pues era sabido que los años cobraban facturas altas, arrugas, piel colgada, flacidez, pechos caídos, caída de cabello, ojeras, canas, el tiempo era irremediable. Tenía que encontrar un método, emular el elixir de eterna juventud, para esto busco entre medico, letrados, sabios y magos una solución.
Según relatos, ella logró encontrar en el oro la manera de, si no detener, retardar el paso del tiempo sobre su suave y blanca piel.
En bebidas, comidas, postres y vinos solía consumir pequeñas dosis de este precioso metal dorado con el fin de lucir siempre bella.
Después de 66 años, en su interior había demasiado oro, lo que le provocó una severa intoxicación crónica, causándole que palideciera, se le cayera el cabello y luciese más vieja (Lo que más temía) para al final morir… Aterrada por su aspecto, solitaria por la falta de amor de su amante y engañada por la ignorancia de la belleza y juventud eternas.
Todo parecía ser una leyenda hasta que un grupo de investigadores hallaron su tumba en el año 2008 y pudieron comprobar que los restos guardaban concentraciones letales de oro lo que no solo resolvía el misterio de la leyenda en torno a su muerte sino confirmaba que el hallazgo del elixir capaz de detener el tiempo, brindar brillo y belleza a una persona aún estaba lejos de ser encontrado…
Dictaba que la búsqueda debía de continuar, la búsqueda de una sustancia milagrosa, segura y de fácil producción, una sustancia que diera vida en lugar de quitarla.