¿Por qué mienten los niños?

Una pregunta habitual entre los padres y colectivos de profesionales en contacto con niños es la razón por la cual estos tienden a mentir. Según la Asociación Mundial de Educadores Infantiles, la imaginación y la dificultad que los más pequeños tienen para distinguir aquello que es real de lo que no lo es, así como la baja autoestima o tratar de conseguir aquello que les interesa, son aspectos que pueden desarrollar su tendencia a mentir.

Otra de las razones más habituales que llevan a los menores a decir mentiras es su necesidad de, en muchos casos, llamar la atención de las personas de su entorno, además de utilizarse en aquellos casos en los que buscan evitar un castigo o una riña por parte de sus progenitores u otras personas.

Fomentar la sinceridad desde pequeño

Los padres o tutores deben potenciar la sinceridad de sus hijos desde edades tempranas, siendo conscientes de que la observación y la imitación son dos de las herramientas fundamentales en su aprendizaje. Por ello la sinceridad debe convertirse en un hábito a desarrollar desde que son pequeños, ya que si se acostumbra a ello tiene más posibilidades de seguir siendo sincero con el paso de los años, evitando así sentimientos negativos en el futuro relacionados con la culpabilidad de una mentira.

De los tres a los nueve años de edad es el periodo en el que los niños asimilan con una mayor facilidad los aspectos relacionados con la sinceridad y la justicia, según indican los expertos, quienes recalcan que un niño de cinco años está en un periodo sensitivo de la sinceridad y que, a partir de los seis años, comienzan a comprender el valor moral de decir la verdad.

Los expertos recuerdan los padres deben convertirse en un modelo a seguir por sus hijos y que deben evitar decir mentiras, por muy pequeñas que sean, ya que así evitarán la imitación por parte de los más pequeños.